Un pecador compra el ereader Sony PRS 600 Touch

Tengo alergia a los ácaros, el simple contacto con los libros viejos me produce hinchazón de ojos, tengo una mala temporada... mi vista de cerca va perdiendo agudeza, necesito letras grandes y pantallas amplias. Por todo ello, he tenido que pecar y comprar un aparato SONY. Que me perdone la comunidad de Open Source y las organizaciones de estandarización. Ya sé que Sony ha sido una empresa que ha seguido siempre el modus operandi de Micro$oft en el campo de los estándares. Pero juro que ha cambiado la compañía japonesa, juro que ahora no peca tanto; incluso ha puesto un lector de tarjetas SD en su lector de libros electrónicos o ebooks. Sony se ha pasado también al campo de las empresas que apoyan la estandarización. Ahora Sony nos obsequia con una bajada de precio tremenda en sus ereaders, que a día de hoy son el 300, el 600 y el 900. De los tres, por mi conciencia y mi ética, sólo podía escoger uno: el del medio, el 600. Ni el robusto 300, ni el grandote 900 (también llamado Daily). El Touch, es el ereader de los burgueses que aspiran a sumarse a la ética hackeriana. El 900 es para la nobleza, y el 300 para los conformistas que no necesitan gran cosa.

He visto decenas de vídeos sobre los tres aparatos. Me he descargado ya los dos manuales del SOny PRS 600 Touch en inglés, desde la página web de Sony en Gran Bretaña. He comparado el Touch y no puede ser de otra forma. Por la opción de diccionario en inglés, por la opción de tomar notas en los libros, por la opción de lectura de tarjetas SD, por la opción de poco peso y tamaño adecuado para mis problemas de vista... por eso y teniendo en cuenta que SONY ya no es lo que era, siendo en estos momentos una compañía formal, me he comprado un Sony Touch en EEUU vía el marketplace de Amazon, con una de las tiendas mejor valoradas por los usuarios y con un precio más competitivo. Por 167 euros (casi 200 dólares) he pagado todo, es decir, tres productos por separado: el aparato ereader con su cable USB para conexión y carga, la cubierta en piel de Sony y los protectores anti-reflejos para paliar el pequeño glare que dan las pantallas táctiles.

Lo tenéis en tres colores: plata, negro y granate. Los tres me encataban... pero finalmente ha podido el negro, igual que el color de mis ordenadores. Sigo con la tradición del negro para los aparatos de informática. Sólo tengo una pena: el no poder enseñárselo al entrañable Koldo Madariaga, recien fallecido educador 2.0, al que seguro le hubiera gustado.

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